Es
Todo el tiempo para mí, como si no hubiera pasado, cual ningún lazo en otro lugar, como la vida ahí y ahora, por lo menos en un tiempo breve, de varios días y noches.
Ámsterdam: que hablando inglés, el idioma …
“Creía mi alma inservible pero era cansancio vulgar nada más”
Silvio Rodríguez
El sábado me sentí cansado. Sentirme cansado no es algo que me ocurra con frecuencia. A menudo me canso y no me doy cuenta, simplemente duermo como un plomo o duermo un poco de tiempo y ya, al despertar estoy renovado. Un baño me despierta, huele uno muy bien, se quiere uno, se agrada al caer las células sucias y sentirse un poco más vivo.
Este sábado percibo un dolor muscular, a la altura del cuello, me siento desalineado, será que mañana (cuando salga esta nota) andará la gente muy en su papel de emitir un tache o palomita en una boleta y estamos previamente cansados, ya con la resaca del bla bla del que fuimos parte y testigos y de la división, que este espejismo nos trajo en joda.
De eso no va mi nota, ya hablé de ello el domingo pasado, quizá es parte de mi cansancio, no lo dudo, tuve algunas respuestas, unas buenas y otras desde otra visión. No, no quiero hablar de eso, quiero hablar ¿del cansancio, tal vez? de tantas cosas como los muchos que somos, en esta aparente unidad que individualmente nos tiene circulando las ciudades y lo menos que somos en relación a lo que creemos, personalmente ser. Veía recién un video acerca de eso (ahora todo el mundo “nos informamos” con videos, caigo también en cuenta), en fin.
Quiero hablar del amor. El amor sana y cuando no, cuando no lo dejamos o no lo intuimos o le cerramos el flujo: enferma. Es decir, amar a las mariposas migratorias, es amar a los árboles y es amar el aire y es amar a los tuyos. Amar y ser amado es reconfortante y no debería ser un crucigrama o un ajedrez, debería ser, ¿quieres un cafecito? debería ser, te llevo flores, te quiero abrazar y que me abraces.
Amar es vulnerarse. El contrario del amor es el odio “porque el rencor hiere menos que el olvido” diría la canción, una canción, en mi opinión muy mundana, como necesaria en el mundo. Las canciones son como abrir un ropero lleno de posibilidades, esta me queda hoy, esta no, a esta la recuerdo, qué bueno que existe esta otra, es linda, aunque no me represente (hablo de las buenas canciones, desde luego)
Amar nos vulnera decía, ¿cual será el punto medio del lenguaje amoroso? el lenguaje técnico.
El lenguaje técnico, práctico es útil y requiere de inteligencia, que, me temo consiste, en mediar las emociones para lograr eficacia comunicativa.
Uno entonces podría llorar citando un poema de Carmen Villoro, mientras la chica del Oxxo te despacha y decirle “tus ojos me recuerdan esa estación vacía, el tren que parte en medio de la bruma, niña”
No creo exagerar, estoy pensando que el lenguaje intermedio, nos salva, no da ningún orgullo portar el más claro léxico comunicativo “sin miedo al léxico” debería ser el lema correcto a veces.
Cruzamos con gente y tratamos cotidianamente con personas, que (como veo que es en Guadalajara) no se enganchan, no crean lazos, son desconfiadas, les caemos quizá mal. No son del entorno de los conciertos y las letras de las canciones, son del medio de: tú y yo solo tenemos un lenguaje técnico, un lenguaje medio, de un ajedrez simple e indiferente.
Pienso en gente que amo y pienso en los que no me aman, en lo que me duele, (como dice aquel rezo) que por pensamiento, obra u omisión haberlos dañado queriéndoles tanto y luego, en los que no siendo amigos, les caemos mal y, por ejemplo ayer, fui a comprar unas cervezas que me encantan, son las IPA y hay unas artesanales que hacen en Zapopan, bastante buenas y había gente muy ajena, que percibí mala vibra, grandulones ebrios, con un léxico soez, en fin, perdón si, estoy siendo muy categorizador en mi relato y caigo en la descalificación, solo apunto a decir que era gente muy lejana a mi y que podría ser peligrosa, por aquello de la xenofobia que tanto ha florecido y normalizado nuestra sociedad.
Salgo de ahí y vuelvo a pensar en la gente que amo y luego en la que sin amar, siento que no les caigo bien, entonces digo, el problema no es mío en ese caso (salvo si hay perjuicio directo) el problema es de ellos o de ellas.
Creo que que es muy raro que personas ocasionales me caigan mal, me cae, pero entonces porque esta mañana de sábado, previo a que el mexicano se crea el cuento de la democracia, me sienta cansado.
Descansaré para que hoy, que lees esta nota, ande más amoroso, con el más importante. Conmigo mismo, ya que amándome puedo amar, dar y recibir amor.
Sea.
Los dejo con mi canción