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Sin Virgilio: llegué al paraíso. Reseña mi viaje a Austin Txs

Sin Virgilio: llegué al paraíso. Reseña mi viaje a Austin Txs

Parece que uno se vuelve intolerante con los años y me quedo pensando si es así de falaz el veredicto. Podría ser, aunque a veces sospecho que, en mi caso, me vuelvo más nervioso, por lo tanto hay que tolerarme (a mi mismo, quepa y valga la redundancia) lidiando con personas que en su película interactúan con mi, a veces comedia, tragicomedia o películaza.

Los nervios, decía y es parte del trabajo, de atravesar garitas, aduanas, migración, abordajes.

La noche anterior, teniendo que volar y sin haber hecho check in, mi celular amenaza que una falla más en un número de mi pasaporte, se bloquearía y tendría que pasar a ventanilla, con las demoras y/o costos que ello implican.

A contra reloj, entre cena con mi familia, estando y no, porque soy muy atolondrado en hacer oficina mental, maleta y esas vainas que hay que hacer.

En la noche parece que logro hacer check in y me da, el clásico código para abordar y la opción de imprimir mi tarjeta de abordaje. Decido (y esto por la edad y por lo nervioso que me he vuelto) tenerlo de las dos formas y qué bueno, porque al querer usar mi código, en el vuelo de conexión, salía un letrero que, yo no sabía descifrar y mi hijo me ayuda a distancia, decía pues “ocurrió un problema, inténtelo más tarde”

Duermo un poco.

A esto además hay que añadirle, que mi esposa me dice que tengo que firmar, sí o sí unos documentos al día siguiente, que pida permiso a mi directora o que me reste el día o lo que sea y yo, muy apenado de pedir tal permiso, sabiendo que no hay más, pues lo solicito. Me salgo antes de la escuela donde imparto y tomo un Uber a una notaria, para la dichosa firma.

El cuate conductor, un joven, muy de por el norte en sus facciones, tipo tapatío, sinaloense, sonorense, qué sé yo, se sincera conmigo y me platica cuestiones que (podrían ser o no ciertas, cuanta idolatría ofrece la narco cultura) tienen que ver con que ha servido a gente “pesada” algunas indicaciones me cuenta, asegurando que, me las cuenta porque, ni cuando me vuelva a ver, no entraré en detalles, porque merece apartado especial esa conversación con el conductor, me revela secretos como de película, que me consternan mas por el fenómeno de normalizar lo incorrecto que por lo falso o verdadero que pueda tener y me temo que hay parcialmente verdades en aquellas confesiones de escondites y pasadizos, operativos y tareas de las que fue testigo.

Llego a la oficina notarial y firmo, salgo con mi maleta viajera y pido otro taxi de aplicación y veo un costo tremendo, decido irme en tren a una estación y de ahí pedir otro carro, como seguido suelo hacer.

Ya en el aeropuerto de Guadalajara paso por los filtros, almuerzo y abordo. Volando con ganas de ir al baño, más yo sentado en ventanilla, al lado de una pareja de estadounidenses, ni modo, les expreso que debo ir, que ya me andaba de las aguas, estando en el wc hay turbulencia y escucho que dicen que permanezcan sentados. Camino por el pasillo y un azafato, gringo, me hace una señal poco amable de pásale, decido sentarme en otro asiento para no molestar a la pareja de güeritos. Pasa la turbulencia y me dejan acceder, amables pero no muy contentos.

Llegar a Dallas es otro ajedrez, migración, luego buscar la puerta del vuelo de conexión, llegar, esperar y tener la duda si mi código sirve o saco el papelito doblado y mexicanito. Ese papelito me salvó. Subo y llego a Austin Texas por fin.

Aquí viene lo bonito, lo edificante y bueno. Entrar a la casa de Anita y Juan es entrar a una noria de belleza del tiempo, de ser y estar, de romper lo que estorba para el disfrute de unos y de otros y de lo unos que somos todos.

Entro, entramos Anita, Alejandra y yo, nos saludamos pero con emoción discreta, porque era pleno jam musical con Clara Cantore, Javier Jara y Juan Antonio de Los Ángeles.

El corazón vivo, el mío, el de ustedes al que tuve que serenarlo de tanto bien ocurría. Emocionado me uní y desvelé a Juan y Ana, traía piola para platicar y nostalgiar.

Mientras volaba en el avión, antes de arribar, pensaba, -esta no puede ser más que una bella locura y este sábado la música será un deleite y un honor para nosotros y los que nos acompañen.

El concierto fue hermoso, una conexión total de música que surgía en un compartir de todas y todos, contó desde el amor mismo a la canción, felices los 4 Clara Cantore, Gina Chavez, Javier Jara y Yahir Durán en una noche llena de emoción que no cabe en estas letras.

Gracias Austin, gracias Javier Jara por reunir a Ecuador, Argentina, México y Austin.

Gracias.

 

Msica - En Directo (Spotify)

 

Música - Yahir Durán (Youtube)

Acerca del autor
Cantautor, es uno de los representantes más notables de la nueva trova mexicana. Como solista ha grabado Disímbolos, Acerca de soñar, Una cascarita en directo, Plural Espejo, Así, Hay un hombre que camina y Canto Nuevo para Niñ@s.
Cuenta con un libro de narraciones donde muestra, en tono autobiográfico, el paisaje de su natal Topolobampo, da conciertos y giras, realiza actividades educativas y musicales para la niñez, escribe música para teatro y se mantiene activo con diferentes enfoques y dedicando su vida al arte.