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Viajero del tiempo

Viajero del tiempo

Viajero del tiempo

Esto nadie me lo creerá, porque ni yo mismo lo creería, y aun no lo creo, quisiera volver a ese lugar, sé que volveré, eso sí lo creo, si un día pude ir, por qué no he de volver. De pronto estaba mi yo “moderno” en una plazoleta, viendo mucha gente del siglo diecinueve, niños, corriendo, barullo, carruajes, en una especie de fiesta de gente de cierta posición económica alta o esa impresion me dio. Todo lo veía en tiempo real, aunque yo, por ser de otro tiempo, me parecía algo anacronico el momento, como lo había visto en las películas que llaman “de época” sin embargo, aquello no era una pelícuia, ni había filmacion, ahí estaba mi vida, algo fuera de lugar.
El primero que se me quedó viendo y que además fue muy amable, dijo llamarse Sandoval, supongo que es su apellido, me recordaba por cierto, el rostro de un amigo y vecino de la infancia, aunque aquí joven y mayor de edad, como nunca lo vi, en esa edad mediana en que perdimos el rastro de nuestro paradero, en fin, ahora sé que vive en San Diego California, sin embargo solo me recordaba su rostro, porque uno tiende a buscar asociaciasiones de ideas, lazos que nos anclen y nos lleven a tierra firme, por decirlo de algun modo, a un lugar reconocible.
La plazoleta estaba llena de gente y yo me vi de pronto, rodeado por la gente de Sandoval, quienes amablemente me miraban con curiosidad, aunque también sentía hospitalidad en su trato, como si estuviéran conversando con un pariente loco. Sandoval, rubio, ojos castaños enormes, muy apuesto, peinado con gomina, vestía un frack algo barroco y sobrio, con una camisa que percibia muy fina, de tela como la seda, pude ver a su joven y elegante esposa, que llevaba un vestido blanco, delgada y con un peinado que daba la impresión de estar ligeramente producido, combinado con una chaqueta corta negra y un discreto escote, cuidaba a su inquieta hija pequeña, de unos cuatro, cinco años, calculo y que al parecer corria y saltaba como es normal y propio de una criatura pequeña, con energia de sobra, otra mujer, que no supe el parentezco que tenía con ellos, aunque parecía muy libre, muy ella y muy cercana a ellos, con un peinado impecable y unos bucles que caían por sus mejillas rosadas, tambien me abordó y mientras ellos decían o me informaban que están de fiesta, si apetezco ir a su casa, la mujer sonriente de vestido morado clarito, con una opulencia de buen gusto, joyas y unos ojos enormes y algo robusta de carnes, me dijo de dónde vengo, si ya había comido y, de dónde venía, tenía una idea, cómo llegué ahí, no tenía (y aquí aplica la expresión) ni la más remota idea.

Fue entonces que me acordé de algo, de donde vengo hay celulares y donde estoy ahí, en el tiempo que estaba, no sabían qué rayos era eso y busqué donde siempre traigo mi celular, o sea, en la bolsa trasera de mi lado izquierdo del pantalon y lo busqué y ahí estaba, les dije, emocionado, de aquí vengo, miren, y saqué mi luminoso celular, que al parecer tenía buena pila, aunque obvio no tenía wi fi, tenía anclados las aplicaciones y busqué cualquier video, de aquí vengo, les dije y el asombro y curiosidad fue tal, que el murmullo y amontonamiento fue notorio, sentí entonces que mi celular se iba caer, a causa de los empujones y el tiempo se ensombreció, cabe decir, que estabamos rodeados de construcciones coloniales y de cantera y que la hora al inicio de este relato, era poco antes de las siete de la tarde y que a estas alturas estaba un tanto oscuro el ambiente y en ese momento de incertidumbre, no sentí un golpe, sentí un jaloneo que de pronto me vi en un bosque muy esplendido.

Ya. Ya no estaba ahí ahora era un bosque gigante, una cima donde veía cascadas y escuchaba el canto de los pájaros. La hora no la sé descifrar, busqué mi celular y ya no estaba. Algo me dijo que me fui para atrás, había llegado a un tiempo primitivo, ¿cómo? quien sabe.

Allá algo lejos vi a una especie de primate que caminaba erguido y traía una lanza, entonces no tuve duda, sentí miedo, no tanto de ese ser, si no de la posibilidad de que tal vez me quedaría ahí para siempre.
Me llené de nostalgia, me alivié el corazón al pensar que ya no me preocuparía más, que el tiempo era mío, que podía dormir y contemplar el agua, que eso era incluso más natural que la vida del tiempo donde yo provengo, en el que ese deleite, pertenece a los “desquehacerados” ricos o vacacionistas, que no imprtaba ya si pagaba rentas, tarjetas impuestos, si trabajaba, luchaba, debatía, ¡el tiempo era para mí! quizá podría, como los gatos, evadir a aquellos homos primitivos, hasta asociarme con ellos y luego me llegó otra alegría, se acabó la dominación, del mundo de dónde vengo, mejor dicho, del tiempo del que vengo, he aprendido muchas más cosas que los que por ahí puedan andar, puedo construir, hacer una mezcla de lodo y piedras, recopilar alimentos, procurar fuego, guarecerme, en fin.

Luego pensé, tengo que encontrar cómo hacer una guitarra o algo parecido, y tuve otra tristeza, aquí no habrá Beatles, ni reguetón o tumbados (eso qué bien) pero Beatles, Buarque o aquellos que iban a mis conciertitos y mi familia. Mi familia será por ahora todo este cielo.
No sentí un golpe, no sentí nada, escuché mi celular con su alarma, aquí en octubre del año 2024 y había que levantarse a trabajar, todo estaba en su sitio.

 

Les comparto de verdad con mucha emoción este texto, mini cuento, este domingo y complemento con una extraña canción, que obedece al filtro de mi propia voz, allá compuesta y publicada a principios de los dos miles o sea ya hace veinte años aproximadamente.

Abrazos domingueros y gracias por leer, escuchar y compartir.

Yahir Durán

Acerca de soñar

 

 

 

 

Foto de Aron Visuals en Unsplash

Acerca del autor
Cantautor, es uno de los representantes más notables de la nueva trova mexicana. Como solista ha grabado Disímbolos, Acerca de soñar, Una cascarita en directo, Plural Espejo, Así, Hay un hombre que camina y Canto Nuevo para Niñ@s.
Cuenta con un libro de narraciones donde muestra, en tono autobiográfico, el paisaje de su natal Topolobampo, da conciertos y giras, realiza actividades educativas y musicales para la niñez, escribe música para teatro y se mantiene activo con diferentes enfoques y dedicando su vida al arte.