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Concierto en Mochis y un poco de todo

Concierto en Mochis y un poco de todo

El próximo sábado 18 de mayo estaré dando un recital en Mochis, mi tierra de origen, ya saben, soy de Topolobampo Sinaloa, pero estudié secundaria y prepa en Los Mochis y de ahí es mi madre y mis abuelos y mis rices, en fin, son los mismos lares, solo veintitrés kilómetros nos unen y por ahí me siento como pez en el agua, cantaré en Don Gume y tengo de invitado a Fernando Zamora, ya está todo listo para la función y pasar un rato con guitarras y amigos.
Un tanto a propósito de este concierto les escribiré en esta nueva miscelánea de ideas y empezaré por hablar sobre cantar, componer y escribir letras, a veces no sé qué necesito más o qué me gusta más.

Cantar: canto todo el tiempo y cada vez soy más cantante, no obstante haber iniciado mi vida artística creyendo no tener dotes de cantante. Cantar te evidencia, es difícil sacar la voz propia, mejor dicho ser en tu voz o precisando: ser tu voz.
Era tímido, trataba de cantar como mis ídolos, que eran trovadores y no eran cantantes, sin embargo eso los hacía más atractivos, por su libertad interpretativa.

Escribir letras me cuesta mucho trabajo, me apasiona y me siento muy incipiente en ese terreno, tuve poca instrucción letristística en mis orígenes, cuando recién salí de mi terruño y luego tomé talleres y empecé a relacionarme con gente de letras, aunque siempre me impactó la poesía, por eso me gustó la trova, por su acercamiento a la poética, respeto mucho a los escritores, mi poca instrucción inicial se debe al entorno del que provengo, incluso tuve que luchar con mi mala ortografía, ya que la mala ortografía era casi una idiosincrasia, a veces se me va el patín con alguna palabra, he mejorado bastante, me apasiona escribir, el libro aquel que escribí, recibió muy buena crítica de escritores profesionales y creo, que me sucede como en el canto, que mi auto valoración se subestima un poco.

Creo en la pluma limpia, aprendí a no sobrevalorar el malabarismo de palabras, sin embargo adoro el creacionismo de Huidobro y la inventiva de Fernando del Paso, los poemas de Octavio Paz, me parecen un lenguaje alucinado, que es el lenguaje desenfocado de los locos, lleva al hallazgo, es decir, esas escrituras, no obedecen a la lógica común del lenguaje pobre y utilitario que comúnmente usamos, lo valoro como un arte supremo del lenguaje.

Componer canciones, es lo que eternamente quiero aprender, porque siempre me siento aprendiz, sin embargo, ya es una forma de vida para mi, he llegado a pensar que es una extensión de mis signos vitales, hasta una especie de vicio, a veces dejo de componer, por falta de tiempo (y es algo lamentable que eso suceda) entonces compongo porque compongo, compongo dormido, me despiertan melodías, me siguen orquestas que escucho, me sobrepasa la composición y el día que descubrí ese fenómeno, me dio una mezcla de tristeza y alegría, tristeza por darme cuenta de que la vida me dice, -si no te das el tiempo de componer te poseo de noche y alegría reiterar el compromiso de mi oficio que es la canción y la música.
Las ocasiones en que he querido dejar de ser trabajador del arte, porque me llega el bajón al compararme con la industria y ver lo quimérico y soñador que he sido, siempre hay algún indicio (que yo llamo Dios) que me pone en el camino que he elegido o de alguna forma me ha elegido, como también pienso que la música me elige y yo no la elijo a ella.
A esto sumamos que también canto para niños, por una necesidad salvadora y un tanto redentora del vacío de los tiempos, para aportar un poquito o responder un poquito a lo que la vida, a través del arte ha hecho por mí y ha hecho mucho, por decir algo rápido, hace poco caminaba por el lugar de mi infancia (Topolobampo) y vi a un pendenciero perdido, sentado en una banca y recordé que era uno de mis amigos cuando era niño, es posible que el personaje ya no me haga en su mapa o sea algo peligroso contactarlo, el asunto es que con ellos rolaba y el arte me ha sacado de ahí y llevado a todos lados, sin esa llave que ha sido el arte, no hubiera estado desde un espléndido tardecer en una gran terraza de cualquier ciudad, a algún cuartucho destartalado en León Guanajuato con un amigo o en algún recinto muy exclusivo o entre personas que han querido acercarse a mi quehacer.

Es verdad que es muy difícil hacer un concierto, ahora hay que trabajar con mucha anticipación, ya que la gente ha estado muy (por así decirlo y sin ofender) maleducada con la música de bar que se disfraza de trova o de cultural.
Afortunadamente tengo un público muy generoso y mi pequeño recital pasado se vio rebasado, tuvo el bendito problema de tener sobre cupo y de ahí otros problemas como la comodidad del lugar, el sonido, la atención, etcétera.

Les espero pues gente de Mochis.

Les voy a compartir este domingo una canción que estoy haciendo, les cuento de que va.
Hace unos fines de semana, un domingo, fui invitado por el poeta Ricardo Yáñez, amigo y maestro, el cual siempre nos abre los puertas nos abre el sentido artístico, nos enseña y habiendo tenido una lectura con cupo lleno, en pleno centro, a un lado de la rotonda de los hombres ilustres y a las cuatro de la tarde bajo un calor inclemente, dijo algo así, como en tono de broma, ¿esas estatuas no les parece que están bailando?

De aquí me salió este boceto de canción que les compartiré este domingo, no es la definitiva, pero como ahora registro de inmediato todo, la publicaré aquí como adelanto de una canción en proceso.

El día de las estatuas

Un señor hablaba
y otros tantos escuchaban
sus delirios amorosos
en el calor de un día

Mientras la rotonda
de ilustrados y letrados
y muy célebres estaban
todos petrificados

De pronto se empezaron a animar
esas estatuas
Bailaron elegantes un danzón
Con tanta gracia
La actriz con el ideólogo también
Fueron mancuerna
Quien fue gobernador con la escritora
A pierna suelta
Y luego se salieron de su atril
Bailando a brincos
El caballero con el militar
Con tanto ahínco
Algunos con su majestuosidad
Con gran destreza
Y otros como mimos al compás
De alegre pieza

Fue que la rotonda de
ilustres personajes
se animaron y pasearon
entre todos todos

Pero todos todos
los presentes eran piedra
no existían ni latían
muy inanimados

Los célebres tocaron la nariz
de un transeúnte
que inmóvil encantado y sin atril
en el rejunte
algún estrafalario se quedó
viendo a la nada
y un célebre la lengua le sacó
a capa y espada
el hombre que leía sus poemas
terminaba
sus grandes y bellísimos hallazgos de palabras
lucía abril tan loco tan normal
que nadie supo
cuando se despertó volvió la vida
a simple uso

Cada estatua ocupa
su lugar volviendo al sitio
inanimado de metal
ganado en las refriegas

un señor hablaba
y otros tantos escuchaban
sus delirios amorosos
entre estatuas ciegas

Acerca del autor
Cantautor, es uno de los representantes más notables de la nueva trova mexicana. Como solista ha grabado Disímbolos, Acerca de soñar, Una cascarita en directo, Plural Espejo, Así, Hay un hombre que camina y Canto Nuevo para Niñ@s.
Cuenta con un libro de narraciones donde muestra, en tono autobiográfico, el paisaje de su natal Topolobampo, da conciertos y giras, realiza actividades educativas y musicales para la niñez, escribe música para teatro y se mantiene activo con diferentes enfoques y dedicando su vida al arte.